Como un genetista, que se afana en el laboratorio de su ordenador por lograr un cruce eficiente y multiexpresivo, a alguien se le ha ocurrido subvertir el proceso; solo que esta vez el diapasón va más allá de la representación de un humilde animal doméstico: Perfiles, artilugios, mecanismos, todos ensamblados con los mismos ingredientes primarios del alfabeto, ya sea del Lejano Oriente o de cualquier familia tipográfica de nuestros códigos occidentales, comienzan a ver la luz, graciosamente, desde el teclado insomne de Duhamel.
Ya antes, muchos transitaron estos derroteros, casi todos con iguales propósitos, a veces con resultados diferentes, con un recurso u otro, pero siempre con la sana intención de decir VACA de otro modo. De atrás hacia adelante, en el caso que nos ocupa, la historia es re-escrita con apenas cuatro o cinco caracteres y, eso si, bastante pericia. La oportuna disposición de los milenarios atributos del lenguaje humano, comienzan a manifestarse de tantas y tan legibles maneras como seamos capaces de imaginar. Lo que en principio parece resultar un divertimento, un caprichoso ejercicio de diseño gráfico, acaba por convencernos de la legitimidad de un procedimiento de creación, completamente visual, utilizando herramientas sustraídas de códigos abstractos para quien los desconozca de antemano. La idea no es complementar un discurso verbal, o simplemente sugerir un nivel de lectura inmediato, tácito; recursos harto socorridos del diseño contemporáneo. En pocas palabras, el propósito es dibujar con la “D” con que se escribe DIBUJO. Como si con ello no fuera suficiente, más con espíritu lúdico que didáctico, el creador pone a nuestra consideración, como un mago al que no le gusta engañar a su público, las claves de las que se ha valido para el empeño, con la absoluta certeza de que aún le quedan muchos conejos en el sombrero. Aquí vamos, pues, a recorrer el camino de nuestras ideas, en un sentido u otro, pero de modo muy divertido, gracioso, apenas utilizando tipos. Amilkar Feria Flores La Habana, Junio de 2005
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From back to front, in the case at hand, the story is rewritten with just four or five characters and, yes, enough skill. The timely disposition of the millenarian attributes of human language begin to manifest themselves in as many and legible ways as we are capable of imagining. What at first seems to be a divertimento, a capricious exercise of graphic design, ends up convincing us of the legitimacy of a creation procedure, completely visual, using tools subtracted from abstract codes for those who do not know them in beforehand. The idea is not to complement a verbal discourse, or simply to suggest an immediate, tacit reading level; resources a lot of succor of contemporary design. In short, the purpose is to draw with the "D" with which you write DRAWING. As if this were not enough, more with a playful spirit than didactic, the creator puts to our consideration, like a magician who does not like to deceive his audience, the keys that have been used for the effort, with the absolute certainty that he still has many rabbits in his hat. Here we go, then, to walk the path of our ideas, in one way or another, but in a very funny, funny way, just using types. Amilkar Feria Flores Havana, June 2005 |
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